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Como Mejorar la Educación – Sociedad Chilena de Programación Neuro-lingüística

Como mejorar la educación y los resultados profesionales en Chile.

Entiendo que tenemos temas a resolver en la educación en Chile… si no fuese así, no
habría tanta gente de tantas edades, orientaciones políticas y etc. diciendo lo mismo.
Todos concuerdan que, además de otros, es un tema de “calidad” o mejor dicho, falta de
calidad en la educación.
Por lo que entiendo al leer artículos, escuchar y ver entrevistas con personas tanto
conocedoras del tema como también libresopinadores sobre el tema… los jóvenes,
actualmente no están aprendiendo lo que requieren aprender para “avanzar” en la vida.
Dicen que esto es un hecho en la educación pública, la con co-pago y en la privada… en
ninguna se está logrando los resultados esperados. Todas demuestran deficiencias.
Para llevar esto un poco más allá… he escuchado de muuuuchos alumnos y ex-alumnos
universitarios describiendo como la mayoría de sus profesores eran inatentos o eran
tiránicos… muy rara vez mencionan a un “profe genial que realmente gozaba en vernos
aprender y avanzar”.
Es interesante notar que en el mundo empresarial se reclama que los empleados, con
frecuencia no son buenos aprendedores, que no toman iniciativa y que les falta
“accountability” (responsabilizarse por sus dichos y hechos). Por otra parte, muchos
empleados consideran que los gerentes y directores “no dan la cara”. Hay bastantes
accionistas también piensan algo así de los CEO, CFO y CCO de algunas empresas.
Estoy queriendo unir ciertos fenómenos o mejor dicho, descripciones de fenómenos,
considerando la secuencia educacional y profesional de una persona inserta en la cultura
chilena. Los quiero unir porque considero que hay que considerar el tema como un todo.
Mi perspectiva proviene enormemente del campo de la Programación Neuro-Lingüística
(PNL) y también incluye algo de biología (oficialmente… ya que todo lo que trata de un ser
vivo, de cierta forma es biología).
Lo que voy a describir no es exclusivo a Chile o nuestra cultura… por lo que espero que
tenga una utilidad más allá de nuestras fronteras nacionales.
Volviendo a Chile y al tema… Educación.
Nuestro sistema educacional está estructurado con una cultura que trata a los “errores”
como algo “malo” que se debiera evitar a toda cuesta, y los aciertos son buenos y lo único
válido a ser logrado. Los resultados indeseados… los “errores” son tratados como algo
castigable… casi como un crimen. El “error” es algo que torna a la persona que cometió
ese “error” en un ser “reprochable”.
Lo que estoy diciendo es algo intenso… y pueden haber matices, pero todos sabemos que
lo que se busca y se premia, es un resultado perfecto… el 7 (la nota 7 es la más alta en el
sistema educacional chileno).
El castigar el “error” y premiar el “acierto” no hace nada favorable en términos de utilizar el
resultado para aprender.
No voy profundizar, en esta ocasión, en el tema de que hay muchos profesores y
administradores que están demasiado ocupados con la obediencia y muy poco con la
adhesión.
Entonces… esta cultura enseña y entrena a juzgar los resultados y quien los obtuvo, pero
no enseña ni entrena a aprender de los resultados… es decir… no enseña a aprender o a
valorar el aprendizaje (corrección de “error” o aumento de acierto).
Los “errores”… son resultados indeseados que rotulamos como “errores”. Estos así
llamados “errores” proporcionan “información” (datos) que te otorgan una oportunidad para
aprender… es el contexto que le proporciona a un educador ¡¡¡la oportunidad de educar!!!
Desde primero básico que generalmente se inicia el sistema de notas, mediciones, juicios
y… el fin del paraíso para muchos niños y niñas. El Jardín Infantil y/o Kinder, para la
mayoría, era entretenido, aprendías con juegos… era divertido y las “tías”, por lo general,
simpáticas y comprensivas. Después, en primero básico, entran en juego fuertemente
reglas y obligaciones… la medición y la estandarización. Y a partir de ese momento se
acabó la entretención (no para todos… pero para demasiados).
El utilizar una prueba y su resultado para definir “dónde” un estudiante está en relación a
sus conocimientos es perfecto… es el propósito de una prueba. Teniendo el resultado
específico, pregunta por pregunta (de la prueba) uno puede ayudar al estudiante (de
cualquier tema a cualquier edad) a avanzar.
Un hecho entretenido y muy útil a considerar es que, cuánto “peor el resultado”, “mayor el
potencial” que tiene el estudiante en relación al tema que se le quiere enseñar.
En una prueba de matemáticas que se le da, el estudiante responderá algunas preguntas
(problemas) correctamente, otras parcialmente correcto y otras, responderá por completo
equivocadas o en blanco. Las que responde correctamente son las que, con bastante
certeza, “sabe”… probablemente no requieren mayor estudio. Las que están parcialmente
correctas pueden requerir más práctica o tal vez alguna explicación y más práctica para
“aprender plenamente”. Las que se equivocó por completo o no pudo responder son las
que requerirán más instrucción y práctica… primero lograr que entienda, luego que maneje
y ejecute.
Si un resultado indeseado (un “error”) en vez de considerarse un fracaso, se considera
como una oportunidad… entonces aprender se siente más posible, atractivo y
empoderador.
Si además de valorar (celebrar) los resultados deseados (los “exitosos” o aciertos) se
valorara (celebrara) también y plenamente los avances en conocimiento… es decir la
diferencia entre lo que sabía antes y lo que sabe ahora… se reduce la cultura del juicio al
resultado y se aumenta la cultura del aprendizaje y utilización proactiva de los resultados.
Otro problema con la cultura del juicio es que hay una tendencia a querer definir (juzgar) si
alguien es “bueno para algo” o “malo para algo”. Buscamos identificar si “tiene dedos para
el piano”.
Ocurre que nadie nace “con dedos para el piano”… un ser humano, en general, nace con
dedos… y puede aprender a tocar el piano con ellos.
Tocar piano es una actividad que requiere aprendizaje. Al nacer, un ser humano “sabe”
respirar, digerir, circular sangre, evacuar, llorar y etc. Pero no sabe manejar con exactitud
sus extremidades, so sabe ver muy bien, definitivamente no sabe hablar, caminar, leer,
escribir, resolver problemas aritméticos ni tocar el piano.
Toda área de conocimiento y todo comportamiento complejo, para ser “manejado”
adecuadamente, debe ser aprendido. Para esto, en general, hay que practicar. Se pueden
practicar formas de pensar y se pueden practicar formas de ejecutar físicamente.
Esto implica que nadie puede ser bueno o malo para algo… pueden saber más o saber
menos… pueden tener mejor manejo o peor manejo (según algún estándar)… pero “ser”
no se aplica como una palabra descriptiva de la circunstancia.
Ser es un absoluto… no cambia… mientras algo es lo que es… sólo puede ser aquello. Me
explico… ser es un infinito a menos que le pongas contexto. Oro es oro, siempre mientras
es. Un objeto es lo que es… pero una persona no puede ser bueno o malo para algo
porque esto es mutable… no es un infinito… depende del aprendizaje… de práctica
direccionada.
El mayor problema de alguien, al considerarse “malo para algo” no es el tema de que es
una falacia descriptiva… el problema está en que cuando alguien se declara “malo para
algo” tiende a “darse por vencido” en aquello.
La persona que se declara “malo para algo” vive la siguiente lógica interna, “¿Para qué
estudiar o esforzarme si igual soy malo para esto?…”
Si un joven en primero básico se declara “malo para las matemáticas”, esto le dificultará el
resto de su carrera estudiantil a menos que cambie de idea sobre sí mismo. Hay algunos
que se declaran malos para la lectura, otros malos para el futbol, otros malos para
manualidades… algunos se declaran flojos (eso es como declararse malo pata motivarse u
organizarse).
La mayoría de los auto-juicios negativos en relación a habilidades o la posibilidad de
habilitarse, se generan en los primeros años de escuela… y se sufren por el resto de la
vida (a menos que uno aprenda a cambiar su auto-juicio).
Cuando uno cree que no va aprender, le es muy difícil motivarse para hacerlo. En general,
las personas se atreven a hacer aquello que sí les da la sensación podrán lograr (se la van
a poder).
El que se considera malo para los deportes, con frecuencia se la juega por temas
intelectuales. El que no se da bien con lenguaje, se puede hacer valer de matemática,
ciencias o hasta arte y deporte.
No es que todos tienen que ser bueno para todo. Pero, de lo que se enseña en el colegio…
todos pueden aprender y dominar, no es materia “sobrehumana”… es sólo humana.
Uno puede tener preferencias. Y en las áreas que uno tiene preferencias, le va ir mejor.
Tendrá más motivación, por lo tanto más práctica, por lo tanto mejores resultados por lo
que darán ganas de poder más… que llevará a más práctica y etc. Eso está estupendo.
El asunto es que no es que sea bueno para aquello… es que se la “juega por aquello” y lo
practica direccionadamente con frecuencia y “buena actitud” (curiosidad, confianza, deseo
de mejorar hacia la excelencia).
Si uno está seguro que es “malo para las matemáticas” uno tenderá a querer evitarlas…
porque el sólo pensar en ellas causa un desagrado en quien se considera malo para ellas,
pero a la vez obligado a rendir en ellas. Y, porque se siente mal pensar sobre ellas, y eso
hace que uno las quiera evitar y al evitarlas uno no las aprende tan fácilmente, entonces
uno mantiene una sensación desagradable en relación al tema, que hace que uno lo quiera
evitar, que hace que uno mantenga cierta ignorancia, que mantiene la sensación de “no
saber”. Pero nadie es malo para las matemáticas… solo pueden saber más o menos según
su cantidad y calidad de exposición y práctica.
Ya he conocido bastantes personas que no estudiaron en la Universidad lo que realmente
les interesaba, porque se consideraban “malos” para alguna área de conocimiento o
habilidad que esa carrera requería.
Esas personas acaban estudiando temas que no les interesan tanto y por los que, a pesar
de sentir que se la pueden, no los motiva mucho y no les da satisfacción aprenderlo. En
estas condiciones es dudoso que, cómo profesional, ejerza con excelencia aquello.
Si no se hubiese juzgado malo para matemáticas las podría haber aprendido con más
facilidad y tenerlas como parte de su base de conocimientos (y confianza) para con eso
jugársela por la carrera que realmente le interesa y motiva… y por lo tanto la carrera en la
que más excelencia y satisfacción puede lograr.
No tiene que sentirse bueno para las matemáticas… sólo necesita saber que se “las
puede” y darse el tiempo de aprenderlas.
Una persona puede adquirir pleno manejo de lo que sea que decida aprender. Requiere
información adecuada y práctica direccionada adecuada, con eso se puede aprender
cualquier “cosa”.
Si se le inculca a alguien, que pueden aprender cualquier cosa mientras se informen
adecuadamente y practiquen correctamente… esa tendrá una estupenda confianza en sí y
en su capacidad de capacitarse.
A alguien que se siente plenamente capacitable (capaz), siempre se le puede sacar
buenos provechos a todos sus resultados.
Un ser humano que logró aprender lecto/escritura y matemática simple, puede aprender
todo lo que se refiere a temas intelectuales… La gran valla cognitiva… ya la pasó.
Después de aprender a ligar los dibujos que son las letras, a sonidos específicos y
después sus conjuntos, a “palabras compresibles”. Todo el resto es más de lo mismo… es
ligar a dibujos y sus sonidos correspondientes.
Aprender a leer es una tarea neurológica impresionante… si lograste una palabra puedes
lograr todas.
También… si alguien logró coordinar su cuerpo para gatear y después caminar… ese
alguien puede aprender cualquier otra actividad que quiera con su cuerpo. Quien puede
caminar puede, correr, bailar, y nadar.
Roger Federer no nació con una raqueta en la mano. Michael Jordan no nació con una
pelota de básquet ball en su mano. Claudio Arrau no nació con un piano en sus manos
(¡Imagina la pobre madre si hubiese sido así!). Todos ellos tuvieron que practicar… “fallar”
muchas veces y aprender de cada “error”… y avanzar.
Admito que considerarse “bueno para algo” es tan falso como considerarse “malo para
algo”… pero es mucho más sano… da más motivación y ayuda a darle mejor uso a los
resultados.
Sentirse bueno para algo no significa que uno no puede mejorar… bueno no es un
absoluto, es sólo una evaluación “positiva”.
Los resultados indeseados deben ser identificados para poder ser corregidos… un
resultado indeseado en sí, no es algo que amerite celebración.
Es importante celebrar tanto los procesos de aprendizaje como los resultados deseados
(y/o superados).
El ser humano es un mamífero social. Es un mamífero que se siente mejor cuando se
siente bienvenido en un grupo y también tiene el potencial, y con frecuencia la tendencia, a
trabajar en equipo.
Para nosotros, el ser bienvenidos es un tema esencial. Somos un ser que no puede
sobrevivir solo al nacer, necesitamos a seres adultos que nos cuiden por varios años para
que podamos sobrevivir “independientemente”.
También somos un ser que se reproduce sexualmente… por lo que nuevamente, el tema
de ser aceptado es intrínseco a nuestro organismo.
Esto es importante en la educación porque hemos establecido una cultura de quien se
equivoca es “rechazable”. Y ser rechazado es lo que las personas (mamífero social) más
frecuentemente e intensamente, temen en su día a día. El pensar que uno puede
equivocarse en algo importante, es un pensamiento muy asustador y estresante para
nosotros, porque además de lo mal que se siente el “error” en sí, tiene además agregado el
factor de uno sentirse rechazable.
Las probabilidades de lograr un 100% en todo, son muy bajas… por lo que la garantía de
sufrir con “errores” es absoluta en nuestra educación (y posterior vida profesional).
Es difícil aprender de tus “errores” si no los quieres ver. Es difícil corregir un resultado que
se niega. Pero en general, lo que todos quieren hacer es, lo antes posible… es olvidar
todos los “errores”.
Porque Son errores que queremos olvidar en vez de utilizar… porque se sienten
demasiado desagradables. Hay que entender y recordar que para los mamíferos y varios
otros tipos de seres vivos… todo lo que se siente como un “desagrado” es un NO biológico.
Cuando, al considerar una percepción, un recuerdo o una proyección de futuro, lo que
sientes es algún tipo de desagrado… entonces tu organismo, hará de todo para que tu no
avances hacia eso que se siente en tu cuerpo como un NO. Al contrario… si al pensar o
percibir algo, sientes algún tipo de agrado, entonces la tendencia es que tu organismo te
facilitará cualquier acción hacia aquello que se siente en tu cuerpo como un SÍ.
Un NO súper fuerte, puede ser un pavor, un pánico, o un dolor. Un SÍ súper fuerte puede
ser un deseo o una compulsión.
¿Por qué es esto importante? Porque si le adjudicamos una sensación demasiado
desagradable al equivocarse y a los errores… todo nuestro ser querrá más evitarlos,
hacerles el quite, que aproximarse para aprender. Cuanto más desagradable, más nuestro
organismo y todos sus mecanismos automáticos/inconscientes, hacen de “todo” para
alejarnos de aquello.
Entonces, lo que queremos es asociar una sensación agradable a la oportunidad para
aprender. Queremos asociarle una sensación agradable al proceso de avanzar… de
percibir que ya no estoy donde estaba y por eso estoy más próximo a donde quiero llegar.
Es obvio que un resultado indeseado no debiera sentirse como un resultado deseado…
eso confunde las cosas. Hay que poder discernir entre un resultado “correcto” y uno
“errado” pero no para juzgar al estudiante ni que se juzgue a si mismo… si no que para
poder definir qué es lo que sí sabe y que es lo que aún le queda por aprender.
En el campo de la PNL usamos un Modelo descrito originalmente por Miller, Galanter y
Pribram para organizar esto de los resultados y las acciones para lograrlos. Es un modelo
que organiza el aprendizaje y la obtención de cualquier objetivo.
Es el Modelo TOTE (Test, Operate, Test, Exit) en español…TOTS (Testea, Opera, Testea,
Sale). Este modelo o macro estrategia de aprendizaje está organizado de la siguiente
manera. Para iniciar, uno necesita establecer un objetivo (Test de inicio), después uno
hace algo (Opera) para lograr ese objetivo, una vez ejecutada esa acción uno compara el
resultado obtenido con el resultado deseado (Test Comparativo). Si son iguales… se
puede salir del “circuito” (Sale) y si no son iguales se vuela a accionar, con alguna
diferencia en la acción (que uno considera que aproximara a o logrará plenamente el
objetivo), para luego comparar nuevamente el resultado con el objetivo, y así
sucesivamente hasta lograr el objetivo que se estableció.
Esta “Macro” estrategia de aprendizaje/enseñanza sirva para planificaciones generales
como para lograr que alguien aprenda 2+2=4 o como dibujar un círculo (que más adelante
puede llevar a “dibujar” una letra “o”). También sirve para deportes… tanto las reglas
generales como la “micro” afinación de un revés paralelo.
Ahora a nivel profesional… se esconden muchos resultados y se miente mucho en el
mundo profesional, porque existe más una cultura de juzgar “errores” más que de
aprovechar “errores”. Y en las empresas que realmente tienen cultura de aprovechar las
experiencias (“errores” incluidos) les cuesta mucho lograr que los chilenos se entreguen a
esa cultura, porque ya pasaron toda su vida educacional “temiendo a los errores” más que
“utilizando los errores”.
El esconder “errores” es muy caro para las empresas y para el público, pero mientras todos
estemos indoctrinados y entrenados a temer y rechazar “errores”… (Porque somos
mamífero social y no queremos ser rechazados…) vamos a esconder errores con omisión
y con mentiras… todo para evitar ser rechazado… social y profesionalmente.
Si establecemos una cultura que usa los resultados… si enseñamos y utilizamos el Modelo
TOTS desde kínder hasta el posdoctorado (y más allá)… entonces haremos una enorme
diferencia para mejorar la calidad de la educación, de los educadores, de los educados y
de los futuros empresarios, directores, gerentes y empleados en general.
Si nos tornamos un país que “para” de juzgar “tanto” los resultados, y se focaliza más en
aprender de ellos y a sacarles provecho, muchas más personas serán además de exitosas,
serán más honestas y responsables.
Una persona que en vez de temer a sus “errores” y sentir que será rechazado por ellos,
está acostumbrada a que se le valore la utilización proactiva de sus “errores”… será una
persona que asumirá responsable y abiertamente sus “errores”, aprenderá de ellos y, con
eso, logrará cada vez más éxito, satisfacción para sí y más aceptación y respeto por parte
de quienes lo rodean.
Y eso es -a final de cuentas- algo que todos queremos y que una “buena educación” logra.

Alan Frenk Lamm
Fundador Sociedad Chilena de Programación Neuro-Lingüística.

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